En el sector de la electrónica hay dos formas de delitos:- La "piratería", la conducta más común y extendida, que se manifiesta a través de acciones ilegales en detrimento de los derechos de autor y derechos conexos inherentes a las obras intelectuales (música, obras cinematográficas, software, obras editoriales, etc.);
- La "falsificación", en el sentido más estricto del término, es decir, la reproducción ilegal de productos electrónicos (cuya marca o patente está registrada) o la comercialización de productos inseguros (por no cumplir las directivas comunitarias).
A los canales tradicionales de venta de duplicados de CD y DVD, como los puestos en los mercados locales, en las esquinas y en las costas de los centros turísticos, se ha añadido una forma de comercialización más refinada e insidiosa: Internet, que es ahora la "nueva frontera" de la "piratería", dada la gran rapidez con que se desarrollan las transacciones y la aparente garantía de anonimato que ofrece, tanto a los vendedores como a los clientes.
Las estadísticas sobre incautaciones de los últimos años y los resultados de las investigaciones muestran claramente las nuevas tendencias y la dinámica del fenómeno.
De hecho, a partir de la experiencia adquirida sobre el terreno, se constata que, si bien se ha producido un descenso considerable del mercado de soportes materiales que contienen obras "pirateadas" (CD y DVD), se ha producido una difusión exponencial de los contenidos digitales en Internet.
Además de ocultar los intereses económicos de verdaderas bandas de delincuentes, la piratería audiovisual alimenta un círculo vicioso: provoca una crisis duradera en los sectores de producción, distribución y comercialización relacionados, debido a la falta de ingresos legales.
En consecuencia, para apoyar a nuestros excelentes artistas y "creativos", la Unión Europea, el Estado y las Regiones se ven obligados a aportar importantes fondos, desviando recursos públicos de otras prioridades.